lunes, 29 de septiembre de 2008

Lo que la muerte le dijo a Hugo en Jersey

En una de las sesiones espiritistas celebradas en Jersey, ante una pregunta del exiliado Hugo sobre una obra en curso, "el ser que se llama la Muerte" le respondió, según el propio Hugo dejera asentado en actas, lo que sigue:
Todo gran espíritu hace en su vida dos obras: su obra de vivo y su obra de fantasma.
El vivo habla a su siglo en la lengua que éste comprende; él, el genio, tiene en cuenta la imbecilidad; él, la antorcha, tiene en cuenta la sombra.
Mientras el vivo realiza la primera tarea, el fantasma pensativo, de noche, durante el silencio universal, se despierta en el vivo, ¡oh, terror! -¿Qué?, dice el ser humano. ¿No es eso todo? -No, responde el espectro. Levántate, ponte de pie; sopla un viento poderoso, los perros y las zorras ladran, las tinieblas reinan en todas partes, la naturaleza tiembla y se estremece bajo la cuerda del azote de Dios; los sapos, las serpientes, los gusanos, las ortigas, las piedras, los granos de arena nos esperan: ¡de pie!... ¡Ven a realizar tu obra!
En esta obra, las ideas no tienen ya rostro humano. El escritor espectro ve las ideas fantasmas. Las palabras se turban, las frases tiemblan..., el vidrio palidece, la lámpara tiene miedo. Como las ideas fantasmas pasan rápidamente, entran en el cerebro, brillan, espantan y desparecen..., fecundan o fulminan.
La obra de día ha marchado, corrido, gritado, cantado, hablado, ardido, amado, luchado, sufrido, consolado, llorado, suplicado. La obra de noche, torva, se ha quedado silenciosa...
¿No estás tu ahí temblando, vacilando, espantado?
¡Guárdate, oh vivo, oh hombre de un siglo, oh proscrito de una idea terrestre! Porque esto es locura, porque esto es tumba, porque esto es el infinito, porque esto es una idea fantasma.
Tomado de Albert Béguin, El alma romántica y el sueño.

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